Los plásticos más comunes se tornean perfectamente; la viruta del material se desprende cual si fuera una cinta larga de papel y la superficie remanente en el plástico requiere el mínimo de operaciones finales de acabado. El torneado que comprende curvas, tales como bases de lámparas y candeleros, se efectúa mejor en un torno para madera, ya que la cuchilla debe manejarse a mano libre. Los torneados rectos, los de superficies cónicas o de cilindros exactos, se hacen mejor en un tomo para metales, donde la posición de la herramienta es fija, y la alimentación uniforme. Las características que los plásticos comunes presentan al tornearse son similares a las de los metales no ferrosos y las operaciones ordinarias usadas al tornear estos metales pueden duplicarse en los plásticos. En casi todos los plásticos pueden hacerse moleteados profundos, tornearse caras y hombros con aristas agudas, y pueden tornearse también con cuchillas de formas especiales. Asimismo, es posible cortar roscas limpias y nítidas.
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